Este fin de semana me ha tocado disfrutar del basket
de élite de Gipuzkoa, el sábado en Donosti (GBC Vs Joventud) y el
domingo en Azpeitia (Iraurgi Vs Palma). Los locales
palmaron en ambos encuentros, los de ACB lejos de su perfil y los de Adecco
Plata totalmente perdidos por el campo como almas en pena. El sábado fue
interesante ver a los visitantes y el domingo fue insufrible ver a mi equipo.
Con el debido permiso familiar y gracias a la inestimable
gentileza de Sergio Ferrer nos dirigimos a la capital gipuzkoana la sombra y yo. Nuestro objetivo era ver
nuestro primer partido ACB de la temporada, con el aliciente personal de ver al
Joventud, el mejor equipo del mundo como todos sabréis. El partido no gozó de
mucha riqueza visual en el juego, pero técnica y tácticamente fue interesante.
El GBC era consciente de que podía ser
un partido clave, con un doble valor que muchas veces lamentas el no haberlo
conseguido. Sito además tenía muchos conocidos en el otro banquillo, lo cual
podría ser una motivación adicional para buscar el triunfo con más ahínco, un
buen día para sacar lo mejor de uno mismo. Pero lamentablemente los jugadores
no consiguieron funcionar y su débil espíritu de equipo les acabó pasando
factura. Salgado y Doblas lo dieron todo, Robinson ayudó pero el resto “na” de “na”
Sito tampoco estuvo brillante y es
lógico: es muy complicado dirigir un equipo en el que muchos van a su bola. No
consiguió ningún quinteto en pista que le diera el 60% de intensidad ofensiva,
en defensa no llegaron nunca (o muy pocas veces) al 50%. Se desesperó con las
malas lecturas en ataque de algunos de sus jugadores, uno empeñado en tirar
triples y no coger rebotes y el otro con su mente puesta en otro lado,
demasiado tiempo en pista sin demostrar nada. Es una putada cuando tus
jugadores no te ayudan y no tienen una
fe ciega en la victoria. Sobresaliente para Motos, eso sí, le puso coraje
cuando estuvo en el campo.
El Joventud es una máquina inagotable de
sacar jugadores de cantera. El “abuelo”
Miralles está rodeado de un montón de adolescentes con mucha hambre de basket,
con unas ganas enormes de aprovechar su oportunidad, de disfrutar su momento,
son la imagen de un club ilustre y con mucha solera. Vives es una gozada verlo
jugar y por fin un base de casa al frente de las operaciones. Un sentimiento de
equipo enorme y mucho espíritu de trabajo en el campo. El sábado desde luego fueron justos
ganadores.
Maldonado es un tío grande, no me negaran
que hay que tener sangre fría para salir a ser competitivos con tantas hormonas
en la plantilla. Defensas presionantes y muy agresivas han sido situaciones del
juego que llevaba tiempo deseando ver en la élite. Los de Badalona juegan como
un equipo júnior aspirante a Campeón estatal, capaz de sumar 47 rebotes (11
capturas para Vives) y hacer un lamentable 4/24 en triples. Pero oye…….., que
no se cortan y siguen a lo suyo. Hace años tildaron a Maldonado de hacer un
basket aburrido y poco sofisticado. Pues aquí sigue el colega, sin hacer ruido
y sumando partidos en la ACB. Samaniego sabe ejercer de fiel escudero.
Sigo sin romper mi gafe particular puesto que
siempre que he ido a ver al GBC, siempre han perdido.
No sé si la próxima vez me van a dejar entrar.
