El pasado fin de semana viví las tardes del
Campeonato de Euskadi-Navarra de la categoría cadete. Realmente fue una bonita
experiencia, como casi todos los años, pero este lo he vivido con un poco más
de intensidad. La entrevista previa que le hice a Juanjo Brizuela para la Vasca
despertó en mí un sentimiento muy grande de empatía por Álava, la presencia de
Dani Abascal en la femenina me hizo decantarme por ellos como posibles
favoritos. Al final no han consumado y han quedado segundas en ambas categorías,
así es el basket.
Este tipo de eventos sirven para reencontrarte con
mucha gente que durante el año ves poco y eso es un subidón. A pesar de tener
que currar y estar centrado en hacerlo bien he podido sumar un buen número de
charlas con un buen puñado de coleg@s de este mundillo y eso mola, al menos
para mí.
En cuanto al juego que he podido presenciar en esas
tardes…, bueno…, no ha estado mal pero tampoco ha sido como para echar cohetes.
Mucha intensidad pero no demasiado virtuosismo colectivo, algo bastante
habitual en estas competiciones. La toma individual de decisiones ha sido el
factor predominante en todos los combinados en ataque, sin embargo sí que me ha
gustado la actitud defensiva de la mayoría.
Gipuzkoa se ha mostrado intratable en chicas, Luis
ha tenido a su disposición una grandísima generación de jugadoras con un enorme
talento individual, pero la estrella de este campeonato ha sido Irene Murua con
muchísima diferencia. Mi “vecina” es
una pedazo de jugadora que va a llegar lejos si entre tod@s la cuidan un poco.
La FEB la tiene en su agenda y estuvieron presentes en Anoeta para seguimiento,
sin duda estará en la española y jugando de tres, su evolución en esa posición
ha sido espectacular.
Bizkaia, en masculino, hizo alarde de una capacidad ofensiva
espectacular. Es difícil jugar un campeonato con tan buenos porcentajes como lo
han hecho los bizkainos, cuando un equipo tiene esas rachas de anotación tan
brutales está condenado a triunfar, sin lugar a dudas. Alava se lo puso difícil
durante muchos minutos, pero la capacidad ofensiva de los de Brizuela hizo
aguas cuando más lo necesitaba. Si a tus rivales les entran todas y a ti de vez
en cuando……..
El formato de competición de esta temporada es un
puntazo. Le da una dinámica mucho más atractiva y exigente al campeonato, te la
juegas el primer día y si “apruebas” luchas por el título. A mí me gusta más
que el anterior y creo que casi todo el mundo piensa como yo. Una experiencia
que ojalá tenga continuidad en próximas temporadas.
La organización ha estado correcta y en su sitio.
Lamentablemente, para mi gusto, el
pabellón no reunía las condiciones adecuadas para celebrar un evento de estas
características. La gente responsable de la instalación encantadora, pero la
mala iluminación no nos ha permitido trabajar en buenas condiciones en el
último partido de la tarde.
48 horas de intenso baloncesto que ha hecho
disfrutar a padres/madres, entrenador@s, árbitr@s y sobre todo a l@s jugador@s
que se han sentido “importantes”. El baloncesto cadete en Euskadi tiene un futuro muy atractivo tanto
en chicos como en chicas.
Felicitémonos y ayudémosles para que sigan
creciendo.
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