Confundido y mosqueado

El domingo acudí puntual a mi cita con el Leb Oro de Iraurgi, feliz y contento porque me apetecía ver la evolución de un equipo que me gusta ver. Lamentablemente esta semana me fui a casa mosqueado, lejos de encontrarme garra, carácter y espíritu de superación me encontré con un equipo disperso y con unos aires que no me molaron nada. Está claro que no se puede estar bien todos los partidos, pero hay señas de identidad que no se pueden perder nunca, tengas o no suerte de cara al aro.

Enfrente un rival que está on fire en la liga, con un gran entrenador y mejor persona con el que tuve la suerte de coincidir en muchos partidos en su etapa en Araberri. Siempre es un placer saludar a Arturo y disfrutar de su forma de entender el basket. Prat tiene un equipo de muchos quilates, muy compensado en todas sus líneas y con un tipo como Blanch que nunca deja de aportar, ni en el peor de sus días. La liga es larga pero es un equipo predestinado a estar muy arriba en esta competición.

Como bien decía Lolo Encinas, “el mal comienzo marcó el devenir de todo el partido”, está claro que cuando te hacen un 10-21 en el primer cuarto darle la vuelta siempre es complicado ante un buen equipo. Estoy de acuerdo con esa valoración, pero no creo que justifique otros déficits de los que hizo gala el equipo este domingo. Iraurgi tuvo carácter defensivo en contados momentos del encuentro y cuando lo tuvo no fue capaz de darle continuidad en más de dos defensas. Los cortes desde el lado débil y el rebote fueron una rémora importante, los interiores azpeitiarras no estuvieron nada finos y los exteriores se embarcaron en múltiples batallas pero en los últimos segundos de cada posesión no fueron capaces de mantener la intensidad.

La salida de Ibón al campo marcó, como es habitual, un cambio brutal en el carácter del equipo. Como siempre generoso y voluntarioso en defensa consiguió contagiar a sus compañeros y vivimos el resurgir del “carácter Iraurgi”, pero fue un espejismo, se retomaron los malos vicios y Prat no tuvo problemas para seguir controlando el juego a su antojo.

La dirección en pista del equipo fue muy pobre. Aitor Zubizarreta se “chinó” nada más comenzar el choque y no fue capaz de resetearse para aportar al equipo su enorme calidad. Gaizka Maiza estuvo mejor, con él en pista el equipo funcionó y consiguió abrir la muralla montada en la pintura de sus rivales con 8 asistencias. Pero cuando le tocó sacar de banda a falta de 30 segundos para el final se la comió con patatas y agotó los cinco segundos sin ponerla en juego. Vale que el resto del equipo se moviera como jubilados para recibir, pero yo que sé……se la tiras al cuerpo al rival y por lo menos sales del paso.

Confundido y mosqueado, de esa guisa me fui para casa. Una persona me comentaba a pie de pista que no veía una posible remontada, lo jodido es que me lo dijo al comienzo del último cuarto y además sabe de basket.

Esa es la sensación que muchos nos llevamos a casa el domingo, quizás la confluencia de astros no fue la mejor, o quizás es que haber sumado una victoria fuera de casa la semana anterior generó unos estímulos poco recomendables para un equipo que tiene en el trabajo desbocado su mejor virtud.

Otro detalle que denota la poca concentración del equipo fueron las continuas quejas hacia la pareja arbitral, además de unas formas poco recomendables en algunos casos. Objetivamente no lo hicieron con la precisión que a los entrenadores nos gustaría, pero para nada fueron determinantes en el resultado. Los árbitros no defienden los cortes, ni van al rebote, ni meten canastas…., que a veces parece que se nos olvida a todos.

Derrota terapéutica, de las que te tienen que hacer pensar y de las que ayudan a ver el sol entre la frondosidad del bosque. Como dijo Cristiano Ronaldo ayer en la entrega de premios a la que acudió…..”talento…., pero con mucho trabajo por detrás para seguir teniéndolo….”

De las pocas cosas coherentes que ha dicho el portugués en su vida….., pero en esta estuvo acertado……

Egurre Iraurgi!!!!