Si bien se
auguran malos tiempos económicos, por el contrario, las expectativas deportivas
para l@s jugador@s de base suben muchísimos enteros de cara a la próxima
temporada. La imposibilidad de invertir mucho dinero en fichajes abrirá, casi
seguro, la puerta a las promesas de cada entidad para dar un paso adelante. Probablemente
nos daremos cuenta de que la gente que se forma en nuestros clubes, no tod@s
eso sí, pueden hacernos un papel más que digno cuando se apuesta por ell@s.
El formato
de los clubes FEB “normales”, con
recursos económicos limitados, hasta ahora era el de fichar 8 jugadores más o
menos contrastados con su correspondiente caché en la categoría. Después
completaban la plantilla con 3-4 jugadores de menor coste o de su propia
estructura de base. A día de hoy la inversión en esos 3-4 jugadores va a ser
mínima o cero, y los que estén muy pillados (casi todos) van a ir a fichar un
quinteto potente y tres jugadores con bajo caché pero que encajen en el
proyecto.
Con esta
filosofía pueden llegar a reducir hasta en un 50% el montante económico
destinado a la plantilla. Evidentemente si fichas con menos calidad tu perfil
de juego tiene que cambiar, vamos que si jugabas a hacer 100 puntos pues te va
a tocar apretar en defensa y jugar a 60. Ello puede generar desazón entre los
aficionados acostumbrados al juego ofensivo y al espectáculo, un problema
porque en las últimas temporadas eso de la defensa se ha quedado demodé. Vaticino
un basket cavernoso lleno de trampas defensivas y de posesiones largas en el
que ningún equipo va a pasar de los 40 lanzamientos a canasta por partido. Yo
no voy a tener ningún problema porque adoro ese tipo de baloncesto.
Si esta
situación se produce veremos como muchos vendedores de humo que cohabitan por
los banquillos quedan al descubierto. Cuando tienes una plantilla competente y
con hambre de aro es muy fácil entrenar, si eres capaz de controlar los egos de
esas “súper estrellas” lo tienes hecho. Jugar al ataque es fácil si eres
medianamente inteligente, las cosas como son. Pero ya si tienes que hacer planteamientos
defensivos profundos y tienes que hilar muy fino en cada acción de ataque para rentabilizarla…,
la cosa se complica. Muchos de los exitosos entrenadores se van a quedar con el
culo al aire.
La tendencia
del basket ha sido la de abandonar o dejar en segundo plano el trabajo
defensivo, algo normal cuando tienes dos/tres francotiradores, un base que no
pierde balones con una buena visión de juego y dos pívots que cada vez que la
tienen en sus manos son capaces de anotar. La filosofía ofensiva había anidado
en el baloncesto y parecía haber llegado para quedarse, pero claro…… ¿Ahora qué?
Pues ahora
toca volver a sacar los viejos apuntes guardados en el garaje, volver a retomar
las zonas press, las defensas alternativas como box+1 y triángulo +2, el
passing game en ataque…
Descanse en
paz el bloqueo directo + continuación como rutina de juego ofensivo, refugiarse
en el talento individual se acabó para los inquilinos de los banquillos.
¡Lo dicho…,
vaya cabronada!!!!