Bizkaia Bilbao Basket: una temporada llena de ilusión

Hay una teoría que dice que “si la cosa funciona, cuando menos se retoque mejor”. Nadie puede poner en duda que la temporada pasada el Bizkaia Bilbao Basket funcionó a las mil maravillas. Y ante la temporada más ilusionante que va a acoger el joven club bilbaíno, se han decidido por retocar lo menos posible.

Tres han sido los fichajes realizados. Tres hombres con una contrastada trayectoria y mucho nombre: Raúl López, Roger Grimau y D’or Fischer. Los años quizá no han pasado en balde para los tres, pero pienso que se ha apostado acertadamente por la veteranía ante la primera participación en la historia del Bilbao Basket en la Euroliga.

Creo sinceramente que se ha vuelto a hacer un gran equipo. Un conjunto que será capaz de codearse con los grandes, aunque habrá que ver cómo responden algunos jugadores al tener que jugar dos partidos de máximo desgaste a la semana en vez de uno sólo. Pero también creo (y es una opinión personal) que este equipo no tiene la química que transmitían en el vestuario Paco Vázquez, Salgado, Salva Guardia “Savo” y Lucke Recker, por poner unos nombres.

Fotis Katsikaris ha tenido prácticamente a toda la plantilla a su disposición durante el verano, y es que el club bizkaitarra ha sido de los primeros en moverse en el mercado. Quizá esto le sirva al griego para crear un equipo. Soy de los que piensa que los nombres no hacen equipo y que un grupo conjuntado puede hacer más que muchos nombres. Eso sí, si consigue aunar nombres a todos los que he nombrado antes…., y en eso es en lo que Katsikaris debería trabajar y pienso que está trabajando.

Mimbres no le faltan para tener un gran producto: Jackson, Mumbrú, Hervelle, Banic…todo hace indicar que veremos a “los hombres de negro” entre los primeros de la clasificación (de verdad espero que así suceda) De objetivo ha pasado a ser una obligación. El miedo que tengo es ver cómo el club ha crecido tanto en tan poco tiempo; ver como los pasos que había que dar poco a poco se han dado en grandes zancadas; y de que el salto haya sido tan grande que…., al final acabe por estrellarse.

A veces pienso que la capacidad innata que tienen los bilbaínos de hincharse ha llevado a este club a ir tan rápido.

Sólo espero que el gigante que han conseguido crear en Bilbao en tan poco tiempo no tenga los pies de barro.