domingo, 27 de mayo de 2012

Dorar la píldora no es ser tu amigo

Hace tiempo que no escribo en este blog y aunque me prodigo más en los análisis de nuestras plantillas, esta vez no tengo intención de hablar de tal jugador o de cual estrella sino de algo que rodea a este deporte que tanto amamos y que a mi entender está cogiendo un cariz un tanto peligroso.

Llevo tiempo viendo como el pique entre nuestras aficiones va creciendo, es posible que sea porque uno de nuestros equipos está dando pasos agigantados a la hora de crecer y unos tienen miedo de verse superados y los otros dentro de esa burbuja que rodea su ciudad creen que van a ser superiores a todos sin tener en cuenta la historia y trayectoria que tienen unos y otros. La historia… algo que cuesta mucho llegar a escribir y se olvida demasiado fácilmente.

No es mi intención criticar a nadie pero me da pena ver como la afición del baloncesto, de la que tanto nos hemos vanagloriado por su señorío cuando en la de futbol no había más que escandalosas actuaciones, se está convirtiendo cada vez más en un espectador a la espera de buenas noticias y quejica cuando las cosas no van bien, culpando a diestro y siniestro de los posibles males de nuestro equipo. Siempre he entendido que la relación entre un equipo y su afición es como un matrimonio, en el que hay que estar a las duras y a las maduras, en la salud y en la enfermedad, alzarlo a las nubes cuando se hacen bien las cosas y saber criticar cuando se han cometido errores. Todo por supuesto desde el respeto, pero no sólo a sus jugadores, sino también a los contrarios y a la afición que se tiene en frente.

¿Y todo esto a qué viene? se preguntará más de uno. Pues… que me ha dado por reflexionar después del ambiente crispado y con un tufillo a mala baba que viví en el Buesa Arena en el primer partido de cuartos de final. Fue incómodo para mí ver cómo hubo más de un conato de pelea (o discusión más que airada) en la grada entre dos aficiones vascas. Me molestó sobremanera además que tras la victoria de los baskonistas, desde la otra parte, se nos felicitara a algunos periodistas con un “puntito” de maldad inentendible. Puedo llegar a entender que los clubes y aficionados de nuestros equipos estén molestos, incluso enfadados, con alguna decisión que ha tomado la televisión donde trabajo, pero intentar pagarlo con los mensajeros…

No somos muchos en esta profesión los que vivimos por y para el baloncesto y que en su larga o corta trayectoria intentar dar su máximo para que el deporte de la canasta tenga su sitio en esta sociedad absorbida por el futbol y no me parece justo que se nos ataque llegando hasta el insulto. La gente puede estar más o menos de acuerdo con los comentarios que hacemos, pero no pueden pensar que odiamos a un equipo por hacer una u otra crítica o por alabar al contrario en un momento dado. El amigo no es el que únicamente dora la píldora o el que no hace más que pasar el brazo por la espalda, no nos equivoquemos.

Ya estoy acostumbrado a oír en uno y otro pabellón gritos contra el ente, pero cuando las cosas empiezan a personalizarse se convierten en peligrosas para uno. Esta vez nos ha tocado a mis compañeros y a mí, pero tranquilamente le puede pasar a cualquier otro y creo que este caldo de cultivo que se ha creado y que algunos quieren alimentar a base de gasolina bajo no se qué interés no es conveniente y que a la larga será perjudicial para este deporte.

Quizá tengan razón algunos que me rodean y la culpa la tenga yo porque parece que estoy enfadado con el mundo, pero si éste es el mundo al que nos llevan, por favor que se pare, que me quiero bajar.

Jokin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes y debes discrepar con lo que aquí se escribe, pero si faltas al respeto o atacas a alguien con malas intenciones serás censurado. Lo sepas!!!!!