viernes, 8 de mayo de 2020

Cantos de sirena…..


Las universidades americanas son un mito que sigue vigente en la actualidad, tanto a nivel deportivo como a nivel educativo. Anualmente exportamos muchos jugadores y jugadoras al otro lado del charco para que se formen en ambas facetas. He conocido unos cuantos, y lamentablemente el tema deportivo no ha sido todo lo exitoso que a ellos les hubiera gustado, de hecho, la mayoría de ellos no han sido capaces de dar el salto a las ligas profesionales de nuestro país y se divierten con sus amigos en las competiciones autonómicas.

Por descontado que la NCAA en su grupo D1 es prácticamente inaccesible para nuestras exportaciones, el 90% se acomodan en la NAIA en las que sus proyectos deportivos están más abiertos a los jugadores foráneos. No nos engañemos o eres un “pura sangre” o no tienes nada que rascar en la D1. NAIA es una competición de calidad bastante inferior a la D1 y en ella muchos y muchas de los nuestros tienen la posibilidad de obtener becas completas para los 3-4 años de carrera universitaria. La virtud de esta competición es poder acceder a buenas titulaciones en universidades privadas, sobre todo en temas de marketing y negocios, titulaciones que si gozan de un prestigio importante en el mercado laboral.

Si se le da prioridad al tema académico y además tienes pedigrí para el basket, pues es una grandísima alternativa para hacer las dos cosas. Perfectamente comprensible que una familia apueste por esta opción que satisface perfectamente ambas cuestiones cuando el coste es prácticamente cero.

La madre de mis hijos y yo tenemos claro que el pedigrí tiene que ser muy grande, algo improbable, para apostar por una formación académica y deportiva al otro lado del charco. Si hablamos de titulaciones universitarias y formación, España y el País Vasco en concreto cuentan con modelos educativos excepcionales. La calidad educativa de la UPV goza de un prestigio importante a nivel nacional e internacional. Somos de la opinión que el baloncesto (el deporte en general) tiene que ser una parte importante en la vida de nuestros hijos, pero no lo más importante.

No estamos por la labor de “exportarlos” para que estudien carreras universitarias que tenemos al alcance de la mano a menos de 50 kilómetros, la M. Unibertsitatea es un ejemplo claro. Tenemos claro que cualquier actividad deportiva, hablamos de un nivel medio-alto, es perfectamente compatible con los estudios cerca de casa. Exige mucho esfuerzo y una buena planificación, pero es algo en lo que estamos dispuestos a invertir. También tenemos claras cuales deben de ser las prioridades y ellas pasan por un trabajo académico ejemplar en detrimento de un súper trabajo deportivo que puede acabar cualquier día con una fractura de rodilla.

Como todo en la vida se trata de una apuesta y a veces sale bien y a veces sale mal. El deporte profesional es un coto bastante inaccesible para el 90% de los deportistas, vivir de él es una auténtica hazaña y desatender/no controlar una formación académica no pasa por nuestros planes.

La experiencia vital es un grado y tiene que servir para filtrar esos “cantos de sirena” que te prometen un súper atleta con una súper formación. Confiar en la constancia de un o una adolescente de 18 años, en que dé el 100% en estudios y deporte sin un seguimiento cercano, a día de hoy en mi casa, es mucho confiar.

Quien sabe…….

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes y debes discrepar con lo que aquí se escribe, pero si faltas al respeto o atacas a alguien con malas intenciones serás censurado. Lo sepas!!!!!