lunes, 6 de junio de 2011

¡¡ASÍ, ASÍ….ASÍ GANA EL MADRID!!

Lo siento por los seguidores merengues, pero no puedo evitar alegrarme por su estrepitoso fracaso. A pesar de que, durante muchos años de mi juventud, fue mi equipo referencia, el que veía por la tele, creo que en las últimas temporadas se les ha ido la olla de mala manera. Un ejemplo claro de que el dinero (sin espíritu) no proporciona títulos.
Reconozco que le llegada de Messina me pareció un buen síntoma. Tuve la sensación de que había llegado la cordura a la casa blanca. Que, al contrario que en la sección de “fumbol”, había ganas de recuperar una posición de privilegio dentro del basket europeo. Vaya, que querían hacer las cosas bien sin tirar el dinero.

La temporada pasada el italiano consiguió sentar las bases para dar el paso definitivo de calidad. A pesar de no conseguir logros deportivos, se atisbaba un grupo de trabajo con muchísima proyección de futuro. Joven y con un entrenador terriblemente experimentado en este tipo de proyectos. Sólo había que hacer un par de buenos fichajes para convertirse en un equipo temible.

Pero el bueno de Ettore se encontró con la realidad madrileña. El grupo se encabronó con el míster y se olvidó del trabajo previo que habían desarrollado la temporada anterior. Los problemas con Velikovic crearon un fuerte malestar en el seno de la plantilla. El endiosado Reyes (peso pesado del equipo) se encargó de “puentear” al técnico y envenenar a todo el mundo. Los problemas de dos jugadores se trasladaron a toda la plantilla y acabó con la paciencia de Messina que decidió abandonar el proyecto.

El trepa de Molin se olvidó de los trescientos años compartiendo banquillo con Ettore y decidió recoger el testigo. El pastón que cobraba el colega fue un argumento de peso para olvidarse de su lealtad. Tuvo un subidón de ego y pensó que peor no podría ir la cosa, que teniendo contentas a las hienas el tema funcionaría. Pero su corta capacidad para dirigir y controlar a tanta estrella le generó muchos más problemas que a su antecesor. Velikovic olvidado en el banquillo, Reyes ejerciendo de cacique, Prigioni desesperado con sus compañeros, Llul a su bola, Tucker de vacaciones y Mirotic que unas veces sirve y otras no para jugar minutos importantes. Todo ello acompañado de una desidia de las de “órdago a la grande
El resultado ya lo conocemos todos. Bizkaia Bilbao Basket le echó cojones y va a disputar la final de la ACB.
Un ejemplo claro que el dinero no puede conseguir todo en esta vida.
No me dan ninguna pena.
Cada uno consigue lo que se merece.

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