La mayoría de las pesadillas de cualquier entrenador
siempre suelen pasar por el lanzamiento desde la línea de 4.60, el sábado vi un
ejemplo claro de cómo se puede perder un partido desde esa distancia. Tabirako
Vs Baskonia de L. Vasca cadete masculina se resolvió, desfavorablemente para
los alaveses, en el periodo extra donde hicieron gala de unos dolorosos porcentajes
desde el tiro libre. Baskonia sucumbió ante la garra de Tabirako que le echó
muchos huevos y consiguió el ansiado premio de la victoria haciendo un baloncesto
obrero, ese que no suelen ser vistoso pero si despierta pasión entre los frikis.
Los locales saltaron al campo con una intensidad
brutal y se comieron a unos visitantes desubicados que no acertaban a situarse como
el partido exigía. La intensidad defensiva de los azules obligó al cuerpo
técnico de Baskonia a apretar a sus jugadores para que se enchufaran, para que
se manifestaran en el campo con la misma (o parecida) intensidad. En el minuto
cinco los visitantes consiguieron posicionarse bien en defensa y empezaron a
dominar la pintura en ataque, Tabi perdía fuelle y rápidamente trató de parar
el partido con un tiempo muerto, pero los de Durango habían perdido la
iniciativa defensiva y no pudo evitar que sus rivales dominaran el marcador (11-16)
y el timing del juego en todas sus facetas.
El segundo cuarto fue de claro color visitante.
Tabirako se descontroló por completo y no fue capaz de funcionar como equipo ni
en ataque ni en defensa. Baskonia se hizo con el control absoluto del juego y
aprovechó la bajada de intensidad defensiva para dar un máster de buena circulación
de balón en ataque. Consiguió llevar el balón hasta el tiro que más le
convenía, además controló (de manera insultante) el rebote ofensivo y las
segundas / terceras opciones que les proporcionaba este dominio. En el último
minuto los locales consiguieron enlazar tres acciones consecutivas (triple
sobre la bocina incluido) que les metía de nuevo en el partido y suavizaba
(16-19) lo que podía haber sido un cuarto desastroso. La línea de 4.60 empezaba
a ser el convidado de piedra baskonista.
Tras el descanso la defensa zonal impuesta por los
locales frenaron de golpe el dominio ofensivo visitante, la circulación de
balón fue lenta y sin llegar a desajustar la defensa azul. Tan sólo el control
del rebote y el acierto desde el triple permitía a los alaveses seguir
dominando el marcador. Tabi se fue haciendo grande en el campo, los jugadores
sumaron confianza en ataque y las acciones individuales encontraban premio, el
baloncesto vertical practicado descolocó a los rivales que nos obsequiaron con
un recital de errores no forzados, las recuperaciones posibilitaron
transiciones rápidas y la victoria por 18-13 en el tercer cuarto. Baskonia
perdía concentración y los locales se metían de lleno en la lucha por el
partido.
El último cuarto fue una oda a la locura ofensiva,
ambos equipos se manifestaron con una precipitación desmedida y cayeron en una
cantidad ingente de errores y pérdidas. Defensivamente se lanzaron a una
hermosa batalla táctica, mientras los locales seguían apostando por la defensa
zonal los visitantes confiaban en el hombre a hombre. Tabirako culminó su
remontada a 24 segundos para el final y se puso +1 en el marcador. Baskonia
desarrolló un buen ataque que le llevó a la línea de tiros libres, pero tan
sólo acertó uno y puso la igualdad a 54 en el electrónico, el tiro forzado de
los locales no encontró recompensa y al periodo extra. Paupérrimo 9-4 favorable
a los visitantes.
El periodo extra fue una auténtica locura en todos
los aspectos del juego, los dos equipos abandonaron la técnica y la táctica, dejaron
que el corazón y la raza fueran las protagonistas de todas sus acciones. Los
locales, más acostumbrados a este tipo de situaciones, se centraron en las
aportaciones individuales y les salió bien. Baskonia se precipitó e hizo alarde
de poca clarividencia ofensiva, con la consabida desesperación de su entrenador
que no conseguía serenar a sus jugadores. A pesar de todo, los visitantes
tuvieron la opción de empatar el partido en el último segundo, un rebote
ofensivo (tras el enésimo tiro libre fallado) les dio la última opción que no
supieron convertir. 8-6 favorable a los locales que se llevaron el partido por
62-60.
Un partido vibrante y repleto de corazón. Le tocó
perder a Baskonia, su indisciplina en
momentos puntuales del partido y una serie funesta de lanzamientos desde el
tiro libre fueron una losa en el marcador.
El primer partido del año y la verdad es que mereció
la pena madrugar para acercarme a Durango.
Un buen comienzo de mañana que tendría continuidad
después en el partido de los júniors.
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