Mi primer partido de Leb Plata esta temporada fue el
segundo evento que disfruté el sábado. Tras el derbi alavés me dirigí a
Amorebieta para ver otro derbi que también prometía mucho pero que no acabó de
satisfacerme plenamente. Que los locales estuvieran flojos era normal, máxime
cuando era el primer partido que disputaban en su verdadero campo y con toda su
plantilla al completo, pero la flojera de Iraurgi en tareas defensivas y la
mala selección de tiro en muchos momentos del encuentro no me las esperaba.
Pero así es el basket, un día malo y te sacan los colores en cualquier campo.
Zornotza le puso más corazón y con el empuje de su afición se llevó una
trabajada victoria.
Los dos equipos comenzaron terriblemente erráticos
en tareas defensivas, los jugadores de ambos equipos saltaron a la pista en
modo diesel en esa faceta. Viendo la cara de los dos entrenadores estaba claro
que ninguna de sus plantillas se estaba ciñendo al guión preestablecido. Además
rifaron el balón con una terrible generosidad como indican las 10 pérdidas que
sumaron, así que la igualdad fue más que evidente durante todo el primer
periodo. De Ciman fue el único que nos alegró el cuarto en ataque, el de Sierra
Leona no tuvo problemas en liderar a Iraurgi y demostrar su enorme talento
ofensivo, el resto nada de nada. Zornotza se movió en los mismos parámetros
negativos que Iraurgi y tampoco aportó grandes cosas al partido. El dominio del
rebote de los visitantes les permitió llevarse el parcial por 11-14.
El segundo cuarto fue mucho más alegre y los dos
equipos se pusieron a jugar a basket. La defensa fue intensa y en ataque la
calidad individual afloró en muchos jugadores que fueron soltando la mano y
demostrando el motivo por el que se ha apostado por ellos para esta
competición. Colectivamente Iraurgi me pareció mucho más sólido que Zornotza,
pero los bizkainos supieron castigar la mala tarde de los bases gipuzkoanos. De
La Rua y Orellano dieron un repaso en toda regla a Maiza y Ramón y antes del
descanso dejaron su carta de presentación, de hecho gran parte del éxito local
fue responsabilidad de ellos. Mcallen y Karena dominaron con solvencia la
pintura en ambas canastas y trajeron por la calle de la amargura a los
interiores locales. Ander García consiguió dos triples prácticamente
consecutivos (serían los únicos 2/10) en su retorno a su antiguo campo, que
permitieron a Iraurgi llevarse el parcial por 17-20.
Continuó la misma dinámica en el tercer cuarto, pero
los visitantes comenzaron a perder la concentración en defensa y en el ecuador
del periodo los chicos de Garitaonandia explotaron. A los de Iraurgi se les
fundieron los plomos y no fueron capaces de contener la avalancha de buen juego
bizkaina. Gantt desde el perímetro y Vucetic en la pintura lideraron el juego
ofensivo de Zornotza, entre los dos se encargaron de hacerle un roto a los de Iker Bueno. El gran valor
de los gipuzkoanos, el control del rebote, también cayó en manos de los locales
que sacaban oro de un par de segundas opciones. A falta de tres minutos el
partido se igualaba a 43 y ello supuso un subidón para los bizkainos que
gestionaron mejor el último tramo y se cargaron de la confianza que les había
faltado en los cuartos anteriores. Clave el acierto en las rotaciones del
míster local que supo leer bien los momentos de cada uno de sus jugadores en el
campo. 20-11 de parcial favorable y 10 minutos de juego que podían ser de
auténtico infarto (48-45)
Y desde luego que lo fue. Iker Bueno dispuso una
defensa zonal para recuperar el control del rebote y forzar los lanzamientos
exteriores de Zornotza, pero los despistes a la hora de ajustar en el poste
alto fueron determinantes para cosechar la derrota. Vucetic anotó dos canastas
consecutivas desde la línea de 4.60 y permitía a su equipo alcanzar los +9
lanzándolo hacia la victoria. Defensivamente los de Garitaonandia también se
cerraron sobre su aro y forzaron los lanzamientos exteriores de Iraurgi que se
cansó de aporrear el aro. El rebote se convirtió en un factor clave y los
exteriores de Zornotza se mostraron mucho más generosos en esa faceta, sin duda
los 4 rebotes capturados por Orellano (dos de ellos en ataque), acabaron de
rematar a los gipuzkoanos.
Los de Azpeitia sacaron raza y metieron el miedo en
el cuerpo a sus rivales. De Ciman volvía a aparecer en el partido y apretaba el
marcador (58-55) a falta de dos minutos para el final, pero la suerte sonrió a
los bizkainos y pudieron reestrenar su pabellón con una merecida victoria.
Tablas en el último parcial (12-12).
Bueno, la emoción compensó el mal juego de ambos
equipos. Lo habitual en la mayoría de los derbis.
Esta vez le tocó a Iraurgi
irse jodido para casa y a Zornotza celebrarlo.
Así es el basket.