martes, 8 de noviembre de 2016

El lado malo de las cosas

Ayer me tocó una noche de insomnio parcial en la que me tocó reflexionar sobre el lado malo de las cosas. Cuando vives la infancia de tus dos chiquillos con la pasión que lo hago yo las tensiones son habituales y a veces, te generan un estrés extremo, en mi caso esa tensión acaba reflejándose  en el sueño. Cuando eso sucede suelo tomármelo con filosofía y buscar estímulos positivos en mi mente pero ayer me tocó desenterrar los negativos, a veces me sucede pero por suerte no es lo habitual. Así que hoy toca escribir sobre estímulos negativos.

Treinta y muchos años en el mundo del basket da para muchas situaciones, buenas y malas, que me ha tocado vivir. Las buenas siempre tienen un peso importante, pero de vez en cuando el cuerpo te pide reflexionar sobre las malas. El espíritu de autocrítica siempre ha estado presente en mi vida y siempre he sido el primero en asumir mis errores y tratar de solventarlos de la mejor manera posible. Por desgracia (o por suerte, quien sabe) el resto del mundo no suele poner en práctica mi método y la autocrítica suele brillar por su ausencia, quizás porque los egos exacerbados del personal les impide pensar que la han cagado, allá cada cual con su mecanismo.

En mi caso, las decepciones personales siempre me han llegado muy adentro. Cuando una persona me cae bien le entrego toda mi confianza sin esperar nada a cambio….., bueno…., no es del todo cierto….., siempre espero de ella el mismo respeto que yo le profeso. En esa tesitura cuando se producen esas decepciones me suelo quedar hecho polvo una buena temporada. Le doy vueltas, vueltas y más vueltas tratando de entender esa traición personal que creo no merecer. Por desgracia, el basket en mi vida me ha generado unas cuantas de esas situaciones, algunas de ellas muy dolorosas, situaciones que no he podido llegar a entender y a las que no les he conseguido encontrar ningún sentido.

No soy un tipo fácil, lo reconozco, mi afición a ir de cara siempre ha generado tensión en el resto del mundo. El personal no está acostumbrado a que le digan a la cara lo que pienso, aunque tengan claro que son verdades como puños, a la mayoría les jode tanta sinceridad y eso les genera un enroque irreal en sus posiciones contrarias. Cuando se sienten atacados tratan por todos los medios de cargar montones ingentes de mierda en mi mochila, pero ya me cuido muy mucho de no soportar ese peso adicional que no me corresponde. Yo no estoy en el poder de la razón absoluta, está claro, pero tampoco tengo necesidad de asumir mierda de otr@s que no me corresponde.

El respeto siempre ha tenido un peso importante en mi vida, de hecho ha sido una norma de obligado cumplimiento. Todo el mundo goza de mi confianza hasta que la traiciona, en ese momento deja de existir para mí o trato de alejar a esas personas transmitiéndoles la frialdad más absoluta. Extenuante y agotadora esa forma de ser, pero con muchas ventajas……, te liberas de seres de dudosa calidad humana que tratan de abrir tu mochila para colarte su propia mierda. Siempre doy mucho más de lo que suelo recibir, pero últimamente me estoy volviendo mucho más selectivo a la hora de mostrar mi generosidad. Me estoy convirtiendo en un espíritu libre que no necesita que le pasen la mano por la txepa para seguir viviendo, me siento muy orgulloso de mi forma de entender la vida, es apasionante no tener que ser correcto y educado con quien no te apetece serlo.

Los sabios dicen que las decepciones y los fracasos te ayudan a forjar tu carácter y te hacen fuerte. En mi caso también me han producido dolor, un daño colateral que he aprendido a sufrir / superar y me han permitido seguir vinculado al mundo de la canasta durante más de tres décadas. He conocido / vivido todos los estamentos de este deporte y siempre me he entregado con una pasión desmedida a los colores que me ha tocado defender. Por desgracia siempre me ha tocado convivir en esos estamentos con gente interesada que se ha aprovechado de mi pasión y que después ha tratado de darme la patada cuando he sido molesto. A tod@s ell@s les quiero transmitir mi enorme agradecimiento, gracias a vosotr@s he abierto nuevos caminos en mi vida que han terminado enriqueciéndome a pesar de vuestro mal rollo.

El lado malo de las cosas es una mierda, pero muy necesario para una persona como yo que trata de no reincidir, de no cagarla con gente vacía que solamente se mueve por el puto interés.

Por suerte, hasta de las peores situaciones, siempre he sido capaz de sacar reflexiones positivas de mis experiencias. Por ello tengo este blog y sigo viviendo el basket con la misma pasión que el primer día.

Mañana vuelvo a la carga…., a hablar del basket que veo y que vivo….., volveré a aparcar el lado malo de las cosas hasta dentro de una larga temporada (espero).

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