La crisis es
una mala compañera a la hora de confeccionar un equipo. Se supone que cuanto
más dinero tengas en los bolsillos, más jugadores de calidad podrás atraer a
tus redes. La ecuación es clara, cuanto más dinero, mejor, cuanto menos dinero,
más problemas. Y el GBC se encuentra posiblemente ante la temporada con menos
presupuesto en sus arcas. ¿Quiere decir eso que no va a ser capaz de competir?
Sinceramente no lo creo. Está claro que no será un aspirante a los primeros
puestos, pero tampoco creo que vaya a pasar apuros.
Principalmente porque
creo que tras la salida de Sito, en Jaume Ponsarnau han encontrado un inquilino
para el banquillo que es el perfecto para hacer piña dentro del vestuario. Buen
entrenador y buen tío. Si no hay muchos problemas, creo que el GBC ha
encontrado un coach para tiempo.
Es verdad que
habrá que ver cómo se adapta el equipo a la nueva pareja de bases. Durante los
últimos años Salgado-Neto ha sido uno de los mejores dúos de playmakers y no
será fácil reemplazarlos. De todas
formas creo que con Jared Jordan han hecho el fichaje del año. Que nadie
pretenda encontrar en el base americano al típico jugón que últimamente abunda
en las canchas. Jordan es un base puro. De los que hace jugar a sus compañeros
y aunque, si se la tiene que tirar, no le tiembla la mano, prefiere que sean
sus compañeros los que acaparen los flashes. Pocos puntos pero muchas
asistencias.
Con él estará Josep Franch, jugador que quiere
volver a ser aquél del que todo el mundo hablaba en sus inicios en la Penya. Si
tengo que ser sincero, me genera más dudas, aunque viendo sus últimos partidos
en Sevilla y sabiendo que sus compañeros harán todo lo posible para que se
adapte cuanto antes al equipo, creo que Jaume no tendrá problemas.
En el juego exterior
sobresale el nombre de Taquan Dean. Un trotamundos de sobra conocido que con la
confianza que se ha depositado en él, quiere volver a ser aquel que vimos
jugando en Murcia. La sombra de Robinson puede ser alargada, pero Dean tiene
mimbres para que la afición se olvide por un tiempo al menos del referente del
año pasado. Jordi Grimau llega avalado por el mismo entrenador y Dani Díez
llega para seguir creciendo a base de minutos que seguro serán de calidad.
Mikel Motos y Xabi Oroz quedan en la retaguardia, pero trabajo no faltará por
parte de ninguno de ellos.
Y en cuanto a
la pintura, David Doblas volverá a ser el hombre fuerte del equipo. El
cántabro, asentado ya en Donostia, ha dejado de lado posibles ofertas mucho más
golosas económicamente para que el Gipuzkoa Basket pueda volver a contar con
uno de los pívots nacionales más cotizados de hoy en día. El capitán merece en
mi opinión que el aficionado donostiarra lo tenga como ídolo. No en vano, ha
demostrado un gran amor a estos colores. Julen Olaizola será su escudero otro
año más. Todo corazón y pundonor, un autentico guerrero, que suple su falta de
estatura con garra bajo los aros. Hanley me recuerda al típico pillo, que
siempre consigue salirse con la suya. Si en Oviedo los disfrutaron por su calidad,
en Donostia lo hacen por su trabajo. Gran finalizador y muy listo a la hora de
buscar la posición más adecuada. A Iarotchevich lo conozco menos. Lo poco que
he visto de él me ha gustado. Abrirá bastante el campo y eso le dará a Doblas
opciones de bailar en la pintura. Y Huskic tiene este año su oportunidad para
sacar la cabeza. Debe dar un paso adelante.
Si algo tiene
bueno éste equipo es que aun habiendo llegado mucha gente nueva, sigue siendo
una piña. Y como la unión hace la fuerza, ese será el camino que ha de seguir
el “Jaumeteam” para competir.
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