lunes, 12 de diciembre de 2016

Replanteárselo o suprimirlo.

El sábado me desplacé a Ortuella para vivir una jornada del Campeonato de Euskadi Júnior, un evento que con los años está perdiendo fuelle a pasos agigantados. Bizkaia se impuso en las dos primeras jornadas y se proclamó campeón en ambas categorías por la vía rápida, además dando un ejemplo de pundonor y de ganas de hacerlo. Araba no consiguió estar a la altura y Gipuzkoa tan sólo inquietó un poco a l@s bizkain@s imponiéndose con relativa facilidad a los alaves@s en la última jornada del evento. Muchas ausencias en todos los combinados y no demasiado espíritu de sacrificio, en líneas generales los corazones se quedaron en casa excepto los de los anfitriones.

Como fiel seguidor de estos eventos en los últimos cuatro años he de decir que, posiblemente, este haya sido uno de los peores que he podido presenciar. Con todo mis respetos a l@s jugador@s participantes, entrenador@s y al club organizador (gente asquerosamente encantadora y servicial) he de decir que el nivel deportivo ha sido bastante pobre en alaves@s y gipuzkoan@s. Está claro que la júnior es una categoría muy complicada para poder contar con las mejores unidades en los combinados, hay que tener en cuenta la enorme carga de trabajo de l@s jugador@s en sus respectivos clubes y que, much@s de ell@s, doblan en las competiciones autonómicas y nacionales. Si a esto le añadimos las fechas en las que se celebra, en un puente muy goloso para disfrutar y con los exámenes llamando a la puerta……, un caldo de cultivo nada favorable para un evento tan bonito como es este.

Teniendo en cuenta todos estos condicionantes creo que urge un replanteamiento a nivel deportivo del evento. La mayoría de los combinados trabajan para el torneo los domingos por la tarde y hacen lo que verdaderamente pueden, se limitan a establecer unas mínimas pautas de juego y después se encomiendan al talento individual de sus componentes. Un@ de l@s seleccionador@s, de cuyo nombre no voy a acordarme, me razonaba que su trabajo se limitaba a generar buen ambiente e incidir en detalles que puedan enriquecer un poco más a sus jugador@s, algo normal cuando el premio que obtienes en un campeonato de este tipo se limita a un sentimiento provincial que cada vez está más en decadencia.

Yo soy de los que cree que el júnior debería de ser un escaparate para enseñar el talento que tiene cada provincia, un campeonato en el que los clubes aporten con orgullo a sus mejores unidades para demostrar que su provincia es la que mejor trabaja. Por desgracia los que toman la decisión de participar en los combinad@s suelen ser los jugador@s y la motivación que puede tener un@ Jugador@ que dobla en su club pues es más bien escasa. Una buena manera de incentivar ese esfuerzo debería de ser tener un estatal o algo parecido para el campeón, algo que supusiera un premio al esfuerzo y que sirviera para demostrar al basket nacional que en Euskadi hay algo más que los ACB, Liga Femenina y los equipos FEB. Sé que no es fácil hacerlo, que buscar un consenso entre federaciones para dar una salida nacional a sus campeonatos autonómicos va a ser poco menos que imposible, que haya buena predisposición por parte de los clubes que aportan jugador@s....., ciencia ficción.

Creo que el basket necesita reinventarse para seguir siendo una alternativa al fútbol y que necesita de la buena voluntad y capacidad creativa de tod@s: clubes, federaciones territoriales, federaciones autonómicas, jugador@s, aficionad@s y sobre todo, y ante todo, de nuestra gloriosa FEB. Entiendo que la española tiene que dejar de ser una máquina de recaudar dinero y centrarse un poco en innovar TODAS sus competiciones. Es muy cómodo mantener unos sistemas de competición que sean rentables (muy rentables) y deben de seguir existiendo porque son necesarios, pero también hay que incentivar y dinamizar las categorías inferiores para que el volumen de practicantes (y su motivación) se dispare hasta el infinito y más allá. En ese aspecto el inmovilismo y el enroque es algo exasperante en el organismo que, se supone, tiene que regir y marcar las mejores directrices para nuestro deporte, un organismo donde, se supone, están las “mejores” cabezas pensantes del baloncesto nacional.

Yo sólo soy un soñador que vive este deporte con la mayor de las pasiones, quizás ese sea el problema. Sueño y anhelo una generosidad que la propia sociedad en la que vivimos trata de anularnos por completo. Por no hablar de l@s que se aprovechan de esas “virtudes” para luego joderte en cuanto molestas……

Quizás por eso nunca el basket ha sido mi sustento económico, aunque he de reconocer que me hubiera gustado. Cuando tu forma de ver las cosas es tan idílica y generosa las puertas se te van cerrando antes de que puedas llamar a ellas.

Tampoco me ha importado, la verdad, puedo ir por la calle con la cabeza muy alta, mirar a los ojos de la gente y con el orgullo de no haberme bajado los pantalones nunca…, aunque un poco de envidia (sana y malsana) siempre he tenido….., todo hay que decirlo coño!!!


La sinceridad siempre como seña de identidad personal.

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