El mundo arbitral ha sido zarandeado por el señor
Arteaga. Al árbitro canario le han despedido vía mail y le ha sentado como una
patada en las pelotas, así que ni corto ni perezoso se ha puesto a largar como
si no hubiera mañana. Claro, se ha dedicado a largar todo lo malo obviando las
múltiples cosas buenas que ha conseguido gracias al arbitraje. Seguro que tiene
razón y lo que le han hecho es de una falta de respeto total, pero creo que hay
que ser un caballero y saber marcharse de los sitios. A otros colegiados les
han hecho lo mismo y no les he visto en la prensa.
Según Arteaga los responsables de arbitraje de la
ACB no ponen excesivo empeño en su trabajo, se queja amargamente de que las
directrices que se marcan son un sinsentido y que ello está provocando que el
arbitraje nacional esté siendo muy malo en las últimas temporadas. Ha dejado
claro que él siempre ha manifestado su disconformidad con el funcionamiento
alzando su voz, repetidamente, en las múltiples reuniones que tienen. Está claro
que dice la verdad porque, en la mayoría de los arbitrajes que hemos podido ver
esta temporada, se ha podido percibir la falta de coordinación y la homogeneidad de criterio ha brillado por
su ausencia entre los trencillas.
Pero bueno sin ser un defensor acérrimo del
colectivo arbitral, a pesar de haber pertenecido a él durante unos cuantos
años, he de decir que es una difícil profesión y bastante ingrata. Lo hagan
bien o mal, los trencillas casi siempre se llevan la culpa de todo y vivir con
esa presión condiciona bastante a la hora de ejercer. La coordinación y el
apoyo incondicional de los jerifaltes es fundamental y si no se tiene pues todo
se complica mucho más. Como bien dice Arteaga, si el que pita tiene que
explicar directrices a los que mandan….., mal andamos.
Pero lo que ha obviado también el señor Arteaga es
el poco (más bien inexistente) compañerismo que hay en el colectivo de
árbitros. Para la mayoría de los que llegan a la élite, lo más importante es
mantenerse a toda costa y para ello hacen lo que haga falta. Si el responsable
dice que hay que calzarse al entrenador local (porque aunque lo nieguen esas
cosas se hablan) ellos van y lo hacen, si hay que pitar pasos al que no los
hace pues se pitan, si hay que pitar técnicas por fingir contacto pues
venga….., por docenas en un fin de semana. Los señores colegiados aparcan sus
principios y su dignidad y se prestan generosamente a impartir justicia, si el
que manda lo dice pues hay que hacerlo y punto, nos olvidamos del sentido
común.
Está claro que el deporte profesional es “corrupto” por defecto y esa corrupción
está presente en todos los estamentos. Pero también estoy convencido que en el
arbitraje (entre los colegiados) no hay maletines, no hay prevaricación,
solamente hay unos egos exacerbados que recorren la pista durante los cuarenta
minutos haciendo lo que les sale de aquella parte. No sé en qué parte del
trayecto hasta la élite, los señores colegiados pierden la humildad y se
convierten en unos puñeteros prepotentes. Desconozco cuando se olvidan de esa
máxima que te enseñan cuando empiezas: “el
mejor arbitraje es el que pasa inadvertido”, ahora lo que está de moda es
que los verdaderos protagonistas de los partidos de basket sean los tres entes
con silbato que andan por la pista.
Así que me parecen muy bien que Arteaga largue sobre
los jefes, pero también debería de largar sobre sus propios ex compañeros y sus
actitudes poco conciliadoras tanto fuera como dentro del campo. Si contamos la
verdad la contamos toda, no a medias.
Tengo buenos amigos en el colectivo, gente honesta
que en su día decidió dejar de ascender porque no le apetecía bajarse los
pantalones hasta los tobillos, personas que siguen disfrutando en las
categorías de formación con una trayectoria intachable. Ellos decidieron que estar
arriba a cualquier precio no les compensaba y demostraron tener la suficiente
personalidad para seguir haciendo lo que les gusta sin salir en la tele. Gente
que lo mismo pita un nacional que un torneo de pre minis. Esa gente es la que
realmente vale y a la que hay que respetar aunque se equivoquen. Esa gente es
la que saca adelante las competiciones provinciales, no el ACB que pita un
júnior de vez en cuando para justificar su colegiación.
El resto…., que se lo ganen trabajando y sin
olvidarse que el mejor arbitraje es aquel en el que no te das cuenta que están
en el campo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes y debes discrepar con lo que aquí se escribe, pero si faltas al respeto o atacas a alguien con malas intenciones serás censurado. Lo sepas!!!!!