martes, 18 de enero de 2011

“MISTER”…..DEJO EL EQUIPO.

Creo que absolutamente todos los entrenadores hemos escuchado alguna vez esta frase maldita. Esa frase que no nos gusta oír y que muchas veces nos deja hundidos en la miseria. Esa frase que dilapida el significado de la palabra compromiso, al menos para mí.

En mis 25 años he tenido que escuchar esa frase unas cuantas veces. Algunas me han producido mucho dolor y me han hecho replantearme mi vinculación a este deporte. No hay nada peor (al menos para mí) que l@s deportist@s decidan bajarse del tren en marcha. Otras me han producido alivio, porque…….a un servidor le ha tocado convivir (deportivamente) con gente muy rara……¡¡rara de cojones!!... Algunas también me han producido una alegría infinita, todas aquellas en las que el/la indivídu@ han decidido dar un paso de calidad en su carrera deportiva.

Evidentemente en todos los casos siempre ha salido perjudicado el equipo al que pertenecían y su planificación deportiva. Recientemente me ha tocado vivir (una más) una situación de este “pelo”. Uno de los jugadores ha decidido abandonar el proyecto y dedicarse a otros menesteres deportivos. Así es la vida….nunca deja de sorprenderte!!!!

Pero no voy a centrarme en mi reciente pérdida.

Quiero lanzar dos preguntas a los cuatro vientos: ¿Por qué, los entrenadores, siempre somos los últimos en enterarnos? Y ¿Por qué la decisión nunca es negociable? Al menos en mi caso siempre ha sido así y es algo que me deja “muerto”. En los clubes en los que he estado, cuando se ha producido algún “affaire” de este tipo, siempre me ha pasado lo mismo. Debo de ser tonto o vivir en una galaxia diferente.

Reconozco que no soy de los más avispados para anticipar ese tipo de situaciones. Cuando me responsabilizo de algún equipo confío plenamente en todos los miembros del grupo y en su decisión firme de acabar lo que empiezan. Pero quizás sea una postura obsoleta en los tiempos que corren. A mis experiencias (que han sido unas cuantas) me remito. Lo que está claro es que el ser humano es egoísta por naturaleza y prioriza su satisfacción personal a la satisfacción colectiva. Eso no va a cambiar nunca y es una batalla perdida.

A pesar de ser consciente que puede suceder, me sigue fastidiando cuando pasa. Siempre procuro mantener abierta una línea de diálogo con el grupo. Fomento la sinceridad, aunque muchas veces sea doloroso escuchar la verdad. Desearía que todo el mundo fuera capaz de abordar un problema cuando este surge. Hablarlo……sopesar los pros y contras…..y finalmente tomar una decisión (sea la que sea)

Lo normal…… ¿Verdad?

Pues parece que no es la filosofía de este siglo XXI. Pero tengo claro que SI es la mía y la que trataré de inculcar a los que convivan conmigo. No tengo intención de cambiar y al que no le guste……¡¡QUE NO MIRE!!

A la gente no le suele gustar la sinceridad. Asusta mucho. Con lo fácil que es hacer bien las cosas……..

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes y debes discrepar con lo que aquí se escribe, pero si faltas al respeto o atacas a alguien con malas intenciones serás censurado. Lo sepas!!!!!