martes, 28 de febrero de 2017

¿Hij@s o mascotas? (II)

Este tipo de gente prepotente acaba erigiéndose en los “líderes” en sus colegios y cuadrillas, los que determinan que la disciplina educativa en la que están inmersos es una mierda y, lo más peligroso de todo, quien es “guay” o quien es una mierda de persona a la que hay que hacerle bullying.

Creo que todos tenemos claro que las personas que desarrollan este tipo de acción deleznable son gentes con bastantes pocos valores inculcados en su infancia/adolescencia, etapa en la que el esfuerzo de los progenitores debe de ser máximo y extenuante con el fin de asentar valores sólidos de respeto, armonía y convivencia.

Por desgracia la perseverancia no suele ser el fuerte en los padres/madres actuales y acaban “pasando” o cediendo a los caprichos de sus vástagos. Es más fácil “tragar” que decir repetidas veces que no. Se suelen olvidar que lo que está mal…., está mal….., es muy cansado trabajar y pelear con ellos para que sean buenas personas. Toma y haz lo que quieras y así me dejas en paz. Es mejor echar la siesta mientras juega con la tablet de los cojones que hacer manualidades y ayudar a su creatividad, es mejor meterlo tres veces por semana en una ludoteca en lugar de llevarlo al parque y jugar con él (apoyar y reafirmar sus buenas actitudes en la interrelación o reprobar su mala actitud). Es mejor irme de cena los viernes que llevarte a entrenar para preparar el partido del sábado.

Yo lo veo con asiduidad en l@s compañer@s de mi hijo y mi hija, siento esas miradas clavadas en mi nuca cuando abronco a mis hijos cuando tienen una actitud poco respetuosa, cuando hacen algo que considero inapropiado. Soy el “ogro” del patio, el que no deja que sus hijos tiren piedras a la gente, que no les deja que jueguen a pegarse, que rompan ramas de los árboles o setos, que les piden que compartan sus cosas, el único que no sienta los cojones en las escaleras y se dedica a mirar en el móvil el puto facebook o mandar mensajes por wsapp. Persevero y no flojeo, aunque sea extenuante, la considero mi obligación.

Desgraciadamente como entrenador tenía la misma actitud. Me cansaba de hablar de valores y de incentivar el sentimiento colectivo sobre el individual. Razonaba con mis plantillas y les pedía respeto para con todo el mundo y sacrificio para ser mejor individual y colectivamente. La temporada pasada me di cuenta de que mi discurso fluía a “contra corriente”, que estaba gastado. Cuando un chaval de 13/14 años tiene un móvil de 500 euros para chatear con sus colegas hay poco que hacer.

Por eso ahora me dedico a mis hijos (y a escribir en el tiempo que me dejan), porque no quiero que sean un niño y una niña del primer grupo. Voy a seguir fluyendo contra corriente y forzarles a ser “raras avis” dentro del mundo en el que les ha tocado vivir.

No quiero en mi casa mascotas, quiero personas con valores “demodé” y que sean líderes de los buenos, no de los que deciden quien es “guay” o no. Mi granito de arena contra el bullying.


¿Cuál es el que pones tú?

1 comentario:

  1. No nos conocemos pero veo que puedo decir que "respiramos el mismo aire".

    Lo de los superpadres de las "estrellas del futuro" proliferan en estos tiempos como las malas hierbas.

    Estos "padresguays", que tanto protegen a sus hijos de entrenadores "ogros", luego hacen dejación de sus funciones a la hora de la formación y educación de sus vástagos para que se conduzcan por la vida de manera más sociable.

    Saludos


    Josemi

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Puedes y debes discrepar con lo que aquí se escribe, pero si faltas al respeto o atacas a alguien con malas intenciones serás censurado. Lo sepas!!!!!