Como cambia la vida

Allá por el mes de diciembre Unamuno visitaba Azkoitia sumido en una crisis profunda tanto de espíritu como de juego, el repaso que se llevaron fue importante y requirió de una charla profunda para encontrar soluciones. Un par de meses después parece que el equipo bizkaino ha reconducido su mal rollo como indica el repasazo, a domicilio, que le pegó el sábado al Baskonia (35-69). Desde luego la actitud y cara de Uriz eran bastante más normales que la que tenía aquel infausto 17 de diciembre. Candidatos a campeonato estatal sin ninguna duda. Lo de Baskonia desolador, 14 puntos en los dos primeros cuartos.

Un servidor esperaba un partidazo la verdad y la verdad es que lo viví, pero tan sólo de un equipo. Los bizkainos saltaron al campo con las cosas muy claras en defensa y encontraron muchísimas facilidades en ataque para anotar con fluidez. Baskonia no se conectó al partido en defensa, bueno la verdad es que ni siquiera lo intentaron, Alonso puso todo de su parte para que su equipo se activase pero fue imposible. Ofensivamente fue un auténtico caos y el juego colectivo fue completamente inexistente, todo fueron pésimas decisiones individuales. Los chicos de Uriz superaron la “sorpresa” y se animaron a hacer sangre en ataque. Defensivamente les bastó con estar bien posicionados y asegurar el rebote, no les hizo falta más para llevarse el parcial por 4-19.

Sin salir todavía de mi asombro dio comienzo el segundo cuarto y las cosas no mejoraron para los locales. Si bien el posicionamiento defensivo al menos hizo acto de presencia, la concentración y la intensidad seguían dentro de su vestuario. Unamuno tuvo que trabajar más las circulaciones de balón y eso les hizo perder fluidez en ataque, aunque siguieron llevando la iniciativa con rotundidad. Baskonia regaló faltas en cada defensa y rápidamente entraron en bonus, menos mal que los bizkainos no estuvieron nada finos (4/14) porque el segundo parcial también podría haber sido escandaloso. Ofensivamente los alaveses consiguieron hacer más tiros, pero muy pocos fueron con criterio y los porcentajes fueron horrendos. Unamuno siguió en diesel en defensa, no necesitaron apretar porque Baskonia siguió poniéndoselo muy fácil. 10-13 de parcial y un sorprendente +18 para los de Uriz. Yo seguía flipando en colores con la desidia local.

Unamuno salió del vestuario con ganas y decidieron apretar en tareas defensivas, no les hacía mucha falta la verdad, pero imagino que se conjuraron para trabajar un poco más en esa faceta. El desacierto ofensivo baskonista continuó y los de Uriz buscaron correr después de cada rebote, cuestión que dejó nuevamente en evidencia la poca actitud defensiva de los de Alonso el sábado. Por si esto no bastara, los ataques en estático visitantes fueron soberbios y con unos porcentajes impresionantes, llegaron hasta sus tiros y además los metieron. Los alaveses buscaron refugio en los ataques largos, pero el juego colectivo no existió y casi todas las situaciones de ataque acabaron en bloqueo directo sobre el base, en muchas de ellas sin dar ningún pase. Nuevo parcial de escándalo visitante, 9-23, y muchas ganas de marcharme a tomar un café.

Y debería haberlo hecho, porque continuó la aplastante superioridad bizkaina. Lo único reseñable en los locales fueron los minutos de Sow en el campo, un par de acciones ofensivas de López y los huevos que le echó el capitán Zugazua. Poco bagaje para un aspirante a Campeón de Euskadi. Unamuno a lo suyo gozando de la victoria y completando un muy buen partido, se llevaron también el último parcial por 12-14.

Contento porque le tengo mucho aprecio a Aitor Uriz, un buen tío con el que tuve la suerte de compartir el curso de entrenador Superior en Madrid. Me fui mal de Azkoitia en diciembre, siempre duele ver a un colega tocado en el banquillo.

Deprimido porque uno de los equipos por los que he apostado desde principio de temporada ha dejado de serlo. El sábado fueron un grupo de jugadores que vistieron el mismo uniforme con un denominador común eso sí: desconocimiento total del significado de la palabra EQUIPO, trabajo y orgullo.

Terriblemente decepcionado.