domingo, 22 de agosto de 2010

MAESTROS EN SUPERACIÓN

Ayer me trasladé a Zarautz para ver un poco del magnífico 3x3 que los costeros llevan la tira de años organizando. El paseo marítimo era una fiesta del basket en el que niños y niñas fueron los protagonistas por la mañana. No todos los días puedes jugar a baloncesto al lado del mar, con un sol radiante y con una organización casi perfecta. He colgado una galería de fotos (cómo no!!!!!)
Pero me va a perdonar mi amigo Dan porque hoy no voy a escribir sobre su evento. Voy a escribir sobre un chaval que me dejó “tocado” y al que perseguí con mi cámara durante toda la mañana.

No sé su nombre ni tengo ningún dato de él. Tampoco me interesa. Lo único que me interesa es las ganas de jugar a basket de este crack. Como podéis ver en las fotos es un chaval con unas limitaciones en sus manos muy grandes (probablemente congénitas) pero que derrochó pundonor y ganas con sus tres amigos en Zarautz.

Ayer me impactó. Hizo despertar en mí esa “fiera” que llevo dentro en todo lo relacionado con el basket. Me di cuenta que los adultos somos unos auténticos payasos. Que nos preocupamos más de “salvar nuestro culo” y el de nuestros allegados que de hacer grande éste deporte que tanto amamos. Que generamos (y nos generan) una serie de problemas estúpidos que acaban por extinguir el verdadero espíritu del deporte. Si Pierre de Cubertan levantara la cabeza y viera en lo que estamos convirtiendo el deporte entre todos se echaría a llorar y volvería a cerrar su lápida.
Este chaval es un ejemplo de superación, de ganas de disfrutar de este deporte, ambicioso y ganador. Su sonrisa al finalizar los partidos a pesar de las derrotas era un “chute” de adrenalina. El respeto de sus rivales en el campo al que trataban como uno más (recibió unas cuantas leches) era otro “chute”. Sus compañeros de equipo animándole constantemente y echándole broncas cuando se equivocaba en sus decisiones en el campo, un “chute” más.

Muchos detalles que me hicieron volver “colocado” a casa. Feliz de pertenecer a esta rara especie de “frikis” del basket que siguen manteniéndose fiel a unos valores casi extintos. Feliz de que (a pesar de la enorme calidad de los participantes) el principal recuerdo que tengo de ayer es este CRACK, que siempre será del pelotón de los perdedores en esto del basket, pero que ayer me dio (nos dio) una lección de coraje, orgullo y superación
¡¡¡QUE HUEVOS TIENES AMIGO!!!

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