miércoles, 26 de noviembre de 2014

POCO BALONCESTO PERO MUCHO CORAZÓN

Cuando un equipo pierde tres jugadoras importantes, las tres por problemas de rodilla que pueden apartarlas de la práctica activa del baloncesto, está claro que su capacidad de hacer buen baloncesto es corta. La mala fortuna se ha metido en alguna mochila del Zurt y sus últimas apariciones han dejado tocadas a las chicas de Iraurgi. Las victorias suelen ser las que cargan pilas y más si las consigues sacando raza ante la adversidad, echándole ovarios. El sábado fue una victoria sufrida, muy sufrida (baloncesto poco), pero son de las que te vas a casa pensando que has presenciado un derroche generoso de espíritu.

Las locales saltaron a la pista mal, con ganas de hacer cosas pero sin demasiada convicción en su principal argumento: el trabajo defensivo. Estuvieron intensas en el 1x1 con balón pero se olvidaban (o llegaban muy tarde) a las ayudas y segundas ayudas. Las exteriores apenas colaboraron en el rebote, no ya por su captura, sino porque se olvidaban de cerrar a sus pares, así que las interiores sufrieron para sumar en esta faceta. En ataque mal, mucho individualismo y poco espíritu colectivo, la precipitación siempre es una mala aliada. Las visitantes lo vieron claro: apretar al límite en defensa y buscar los desajustes del rival en ataque. Dominaron sin alardes y ganaron 9-13 el primer parcial.

La Salle buscó romper el partido aprovechando el desorden de ideas y de espíritu del Zurt, subió la intensidad defensiva hasta el límite y entendió muy bien el criterio arbitral adoptado. Las de Iraurgi reflejaron su impotencia en los trencillas en lugar de adaptarse, personalmente entiendo que el criterio que adoptaron los árbitros sería más beneficioso para ellas que para La Salle, pero cuando estás mal siempre ves fantasmas. Las visitantes controlaron el cuarto desde el principio hasta el final amparadas en un grandísimo trabajo en la pintura, Vazquez se hizo dueña absoluta del rebote, mientras Zurt se volvía loco en ataque y las jugadoras hacían la guerra por su cuenta. 9-14 favorable a las vizcaínas y al descanso con caras de preocupación las de Joseba.

El comienzo del tercer cuarto fue ilusionante, las de Iraurgi salieron enrabietadas y con ganas de darle la vuelta al partido, pero la chispa les duró 2 minutos solamente. La Salle aguantó el tirón y supo reconducir la situación, apretaron hasta el infinito nuevamente y provocaron un nuevo apagón de espíritu de Zurt que se volvía a perder por el campo y seguía buscando fantasmas donde no los había. Las visitantes rotaron mucho, su físico no dio la sensación de estar muy bien y se lo tomó con calma. Para qué apretar más si todo marcha bien. Pero en el minuto 8 llegó un nuevo subidón y las locales se pusieron a currar como bestias en defensa. Una presión asfixiante descolocó al rival que perdió el sitio y vio como Iraurgi se llevaba la victoria en el cuarto por 13-12. ¿Sería la reacción definitiva? ¿Serían capaces de darle continuidad?

A Iraurgi le llegó su momento, había sido capaz de estar en el partido sin hacer grandes cosas y le tocaba demostrar los motivos por los que está en la zona alta de la tabla. Se lanzaron a una batalla descarnada en defensa, apretaron y apretaron hasta llegar al límite (por fin entendieron el criterio arbitral y se aliaron con él) mientras La Salle empezaba a flaquear. Las visitantes perdieron el control a pesar del partidazo de Pérez (jugó con problemas de espalda) que se empeñaba en hacer un roto a las de Joseba. Pero se ahogaron con la intensidad defensiva y recibieron un severo castigo, Iraurgi martilleó el aro rival sin piedad y recortó las distancias hasta la mínima expresión.

Crecidas y con la convicción clara de que había posibilidades de victoria llegó el momento clave del partido. A  falta de dos minutos el entrenador visitante pidió reiteradamente una antideportiva y los árbitros castigaron su énfasis. Su equipo se fue del partido completamente y Zurt tuvo claro que la victoria se quedaría en casa el sábado. Gestionó mejor las últimas posesiones y se llevó una victoria que se había puesto muy cara (58-53), una victoria de raza, de esas que te permiten marcharse a casa con una sonrisa. 27-14 de parcial, claro indicador de que Iraurgi hizo su mejor cuarto.

No hay que engañarse porque estas victorias suelen sumarse pocas veces. Zurt tiene que levantar la cabeza y trabajar, olvidarse de sus problemas, olvidarse de sus bajas, no enrocarse en la mala suerte para dejar de rendir en el campo. En definitiva lo que hay que seguir haciendo es crecer como equipo, las bajas las cubrirán las jugadoras del júnior y seguro que lo harán bien.

El sábado no fueron un equipo, fueron individualidades que le echaron casta y sacaron el partido adelante, fueron demasiado individualistas. El poder de este equipo está en eso……, en ser un equipo……, en obligar a que todas las jugadoras que están asuman la parte de responsabilidad que les corresponde…….


Trabajo + confianza + un poco de suerte = Victorias

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