Tras la victoria del Gerdau le tocaba turno al
júnior que se enfrentaba al Gernika, equipo entrenado por un
viejo conocido de mi época en Abaroa. Con Alcantara al frente de Ibaizabal
vivimos grandes batallas deportivas, tuvimos la suerte de dirigir a dos grandes
generaciones de jugadoras que rivalizaron a muerte durante unos cuantos años en
la categoría. Aranur no sufrió demasiado para sumar una nueva victoria y
mantenerse en la zona alta al finalizar la primera vuelta. Sin excesivos
alardes, un correcto trabajo defensivo (a ratos) fue suficiente para imponerse
sin problemas a las de Alcantara.
El partido comenzó con ambos equipos embarcados en
una presión defensiva total y buscando hacerse con el control del partido. Pero
la concentración no era la adecuada para un trabajo defensivo tan intenso, así
que los desajustes en ambos equipos les permitieron opciones de hacer canasta
que tampoco se convirtieron. En esta faceta tampoco es que los dos equipos
anduvieran finos, su talento ofensivo tampoco es que fuera cautivador. Aranur
se mostró más efectivo en la pintura y ello le permitió llevarse la victoria
del cuarto por 16-8. De intensidad bien, de juego un cuarto desastroso.
El panorama cambió en el segundo cuarto y todo el
mundo se acordó de para que se habían citado en Azkoitia. Las defensas de ambos
equipos se reorganizaron y empezaron a ejecutarlas en plenitud, la presión se
mantenía pero se hacía con más sentido que en el primer cuarto y lógicamente
con más efectividad. El trabajo ofensivo en estático fue mucho más elaborado,
con Gernika marcando sus ritmos gracias al control del rebote, pero las
transiciones rápidas de Iraurgi fueron determinantes para que las locales se
llevaran el parcial por 17-12. Las bizkainas tenían muchos problemas con sus
porcentajes de anotación y también con la fe en sus posibilidades.
Tras el descanso, Iraurgi comenzó con más acierto el
tercer cuarto y quebró por completo la frágil moral de las visitantes, se mostraban
perdidas por el campo a pesar de los esfuerzos de su entrenador que no
conseguía que reaccionaran. Pero las locales tampoco conseguían dar continuidad
a su trabajo ni en defensa ni en ataque, lo tenían a huevo para abrir una
brecha insalvable pero se diluyeron también por el campo. Los dos equipos nos
ofrecieron un auténtico recital de errores no forzados, una oda a lo que no
tienes que hacer si quieres estar luchando por los primeros puestos del grupo.
Paupérrimo parcial de 10-5 favorable a Aranur, parcial de muy poco baloncesto y
de mucho bostezo.
Con el marcador ya decantado nos tocó a los presentes
disfrutar un poco. Los equipos se gustaron un poco más en ataque y pudimos
disfrutar de un intercambio de canastas interesante. La relajación defensiva
ayudó a que, al menos durante un cuarto, pudiéramos deleitarnos de algunas de
las muchas virtudes que tienen estos equipos cuando atacan el aro. Cuarto
ameno, con la mañana tan pobre que nos habían dado era lógico que (a nada que
metieran tres seguidas) nuestro espíritu se alegrara un poco. 17-15 favorable a
las locales y todos a casa.
La verdad es que un poco decepcionado. A estas
alturas de la competición tendrían que tener mucho más juego del que nos
mostraron el sábado. Desde luego Gernika no tuvo su día y Aranur se limitó a
hacer lo justo para ganar, +21 sin excesivos agobios.
Quizás es que la alineación de los astros no era la
indicada el sábado para estos equipos.
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