Las jugadoras de Haritz le dieron la vuelta a un
partido que siempre estuvo cuesta arriba. Aranur dio muestras de saber pelear y
de tener capacidad de creer en la victoria, sin estar en su mejor momento
deportivo, aguantaron a Tabirako y lo pusieron contra las cuerdas. 50-52 no
supieron rematar, el cansancio mental, el enorme desgaste físico les impidió
culminar la última posesión del partido. La bocina sonó y el balón estaba en
las manos de Iraurgi. Hubiera sido un premio interesante, recortar distancias
con el segundo puesto (hubiera sido un subidón) pero la suerte (muchas veces)
te da la espalda.
El primer cuarto fue un despliegue táctico por parte
de ambos equipos, sobre todo en defensa. Las locales se lanzaron a un trabajo
intenso en el 1x1 mientras las visitantes alternaban la defensa individual con
las zonales. Aranur tuvo problemas en el ataque estático, la circulación del
balón contra la zona no conseguía desequilibrios, tan sólo estuvo cómodo en las
transiciones rápidas y resolviendo las desventajas generadas. Tabirako optó por
cargar todo el juego ofensivo en la pintura donde tenía superioridad, demostrando
una gran actitud para el rebote. Pero ninguno de los dos equipos anotaba,
negación total, 11-13 para las visitantes.
Dos canastas rápidas anotadas por Tabirako parecía
distanciarles, pero Iraurgi se posicionó bien en el campo y trabajó muy bien
las líneas de pase en defensa, le cortó el rollo a las bizkainas. Ofensivamente
seguíamos en sequía y con el partido muy igualado, el cuarto se lo llevaría el
que tuviera más suerte. La alternancia de defensas seguía generando problemas a las locales que
no se sentían nada cómodas atacando. Las dos canastas iniciales le dieron la
victoria (11-15) a las de Durango y se marchaban +6 al vestuario.
Tras el descanso la situación no cambió, ambos
equipos le dieron continuidad al segundo cuarto. Tabirako continuó con sus trampas defensivas pero en ataque sus
puntos llegaron desde el perímetro. Iraurgi daba la sensación de estar más
metido en el partido y peleando por tener el control del juego, pero no
supieron darle continuidad. Las ayudas mal ejecutadas permitieron a sus rivales
rentabilizar una buena circulación de balón y llevarse el tercer parcial por
13-14. Canastas pocas y muy trabajadas.
Así las cosas, las locales se hicieron con el
control del juego y le pusieron su ritmo al partido. Defensivamente la intensidad
desplegada fue muy alta, los problemas se solucionaban y la sintonía de las
cinco jugadoras en el campo fue perfecta. Tabirako pinchaba, había hecho un
sobreesfuerzo y tocaba bajón, veía como Iraurgi empataba el partido a 43.
Afrontamos los últimos tres minutos con mucha incertidumbre, el partido estaba
abierto para cualquiera de los dos equipos y había que hilar fino, los
entrenadores agotaron sus tiempos muertos en busca de canastas ganadoras. Las
locales se pusieron +1 en el marcador, las visitantes anotaron un triple a
falta de siete segundos, Aranur tenía el último balón en sus manos. Pero se
bloquearon, se nublaron y ninguna tomó la determinación de lanzar, el tiempo de
juego concluía con el balón en sus manos. 15-10 para Iraurgi en su mejor
cuarto.
Lo tuvieron a huevo, pero la suerte les fue esquiva.
Eso sí, la suerte hay que buscarla.
La continuidad es la clave para atraerla.
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