Quedarme a ver el Errotaundi no enriqueció
mi pasión por el baloncesto desde luego, los locales me aburrieron, el típico
partido que ganan los veteranos desde el salto inicial, el típico partido que
te gustaría pillar (como entrenador) pero que siempre se resiste. Los jugadores
de David el sábado estaban condenados a perder, no estuvieron con la voluntad
suficiente como para pelearlo, indisciplinados en el campo y con malos
porcentajes en anotación. Me jode porque hay jugadores que entrené y que pueden
hacerlo mejor. Pero bueno, un mal día lo tiene cualquiera.
Los panaderos no plantearon mucha batalla en el
primer cuarto, su poca constancia defensiva dejó el camino libre para dominar
los ritmos a Alde Zaharra. Los donostiarras se mostraron ambiciosos desde el
primer momento mientras que Iraurgi se centraba más en el ataque. Gracias a los
buenos porcentajes desde el triple consiguieron mantenerse cerca en el
marcador. Los visitantes se llevaban el cuarto por 14-17 y mostraban mucho más
oficio que los locales.
La zona impuesta por Alde Zaharra rompió por
completo los esquemas a los jugadores de Errotaundi. Obligados a jugar muchos
minutos en estático, una condena para un equipo acostumbrado a jugar en
movimiento. Además los desajustes defensivos siempre tenían castigo. Los
donostiarras también estuvieron finos en ataque, su circulación de balón
buscando el mejor tiro fue buena, sin renunciar a correr en situaciones muy
claras. Segundo parcial para ellos (13-15) y sin gastarse demasiado.
A un 8-0 de parcial le precedió un desvanecimiento
colectivo gordo. Tan gordo que los locales veían como los donostiarras se
enchufaban y rompían el partido sin capacidad de reaccionar. Los donostiarras
corrieron, jugaron en estático, dominaron el rebote, apretaron en defensa, lo
hicieron todo bien durante 8 minutos y sin apenas oposición. Iraurgi no creía
en el trabajo defensivo (al menos no todos los jugadores) como piedra angular
para conseguir la victoria y si además estás nublado en ataque. 9-19 y tercer
parcial para los visitantes que veían cerca la victoria ante un posible rival
directo en la clasificación.
El último cuarto también fue duro para los
panaderos, apenas en los tres últimos minutos nos enseñó carácter. Su
dispersión y la mala coordinación en el trabajo defensivo les condenaban a una
derrota que no refleja la diferencia real entre estos equipos. Los donostiarras
vivieron un final de partido tranquilo, dosificándose en el esfuerzo y
gustándose en el campo. Tablas, empate a 15 en el último parcial del encuentro.
El resultado (51-66) pienso que no es reflejo real de
las capacidades de Iraurgi, para nada considero que Alde Zaharra sea muchísimo
mejor equipo que los locales. Desde luego más oficio tienen y eso es una baza
importantísima en esta competición, pero con un trabajo defensivo intenso son
totalmente asequibles. El problema es ponerse a currar como te pide tu
entrenador, si no lo haces………
Era un partido de esos que te hacen ganar respeto en
la liga pero esta vez no hubo premio.
La próxima vez será.
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