El basket femenino de Bizkaia está de enhorabuena y
seguirá teniendo presencia en la máxima competición estatal. Gernika
ha tomado el relevo de Ibaizabal que, la pasada temporada,
no pudo conseguir la permanencia y ocupó la última plaza en la clasificación.
La campaña de las jugadores de Mario López fue excepcional y se
llevaron un merecido e histórico premio. Una consecuencia lógica de desarrollar
un impecable trabajo de formación durante muchos años.
Porque toda la comarca de Busturialdea lleva
respirando baloncesto desde hace tiempo. El club ha dado cobertura desde su
creación en 1996, con la fusión de los dos clubes existentes en Gernika, a
todos los colegios de la localidad aportando formador@s cualificad@s y con un
espíritu claramente ambicioso. La temporada pasada contó con 8 equipos
federados y con 21 equipos de cantera, sumando 336 deportistas entre los
8 y los 35 años. Una cantidad que desde
luego, sólo es posible “mover” con mucha ilusión y con un grado de implicación
con el club auténticamente brutal.
El club y sus directivos lo tienen muy claro: el
objetivo es estar lo más alto posible con un 60-70% de la plantilla formada en
casa, siempre con la ambiciosa idea de elevar ese porcentaje al 90%. Descartan
totalmente la posibilidad de subir escalones a base de talonario. Está claro
que liderar la LF-2 como lo hizo la temporada pasada, con 6 jugadoras de
cantera, y conseguir el ascenso a la élite sólo lo podía hacer el Gernika en
Bizkaia. De momento apuesta por la continuidad en la primera categoría y 7 jugadoras han garantizado su presencia en
el proyecto élite.
El principal culpable de todo esto es Mario López y
su filosofía de trabajo. Lleva toda la vida comprometido con el baloncesto de
Gernika. En cuatro ocasiones me he enfrentado a él en mis tiempos de Abaroa,
sus equipos siempre han sido duros e intensos, a los que pocas veces le ganas y
cuando lo haces estás acojonado hasta que acaba el partido. Su proyección no ha
pasado desapercibida para la FEB puesto que lleva 13 años en el gabinete
técnico y cuenta con 7 medallas en su haber. Un lujo para el Gernika KESB tener
un referente así.
Al contrario que en Gipuzkoa, nuestros vecinos han
sido capaces de unificar fuerzas para poder estar en lo más alto. Ibaizabal y
Gernika sellaron un acuerdo de colaboración (con la bendición de la Dipu) la
pasada temporada y se colocaron el lo alto de la pirámide de este proyecto. La
Diputación y los clubes han mostrado un compromiso total por sacar adelante el
retorno a los altares del baloncesto femenino en Bizkaia. Si Gipuzkoa desea
estar arriba debería de ir tomando nota de que todo es posible cuando se arrima
el hombro sin mirarse el ombligo.
Gerardo Candina está al frente del club y
se muestra firme en sacar adelante un proyecto de cantera. Con los tiempos que
corren hay que reconocerle el mérito de embarcarse en un proyecto de esta
magnitud. Su equipo de trabajo está lanzado a una búsqueda de aportaciones
económicas que den tranquilidad y que no eclipsen el disfrute de un hecho
histórico para la villa. Un factor auténticamente motivador para Candina y su
grupo es la respuesta de todo el pueblo, absolutamente volcado con el basket y deseoso
de seguir prestando su apoyo. Se han marcado el objetivo de 500 socios y seguro
que lo van a conseguir.
Tienen un currazo por delante puesto que la
logística va a ser brutal y deportivamente va a ser duro. No va a ser un camino
de rosas, desde luego, pero cuando las cosas difíciles se convierten en un poco
más fáciles cuando hay mucha ilusión y motivación de por medio. Es un sueño que
todo club de formación ansía y sueña con que algún día le pueda suceder.
Gernika lo va a vivir “in situ”.
Disfrutarlo y mucho ánimo.
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