lunes, 16 de enero de 2017

Se me va a hacer difícil…..

Ha pasado una semana desde que aterrizamos en casa tras la sobredosis de basket del Torneo de Hospitalet, semana en la que he tenido que convivir con los múltiples virus que “generosamente” ha compartido mi hijo con toda la familia. Así que ando bastante retrasado en el tema de las fotos, pero espero poder terminarlo en breve. Llega el momento de hacer balance de lo vivido allí.

Deportivamente ha sido muy reconfortante ver el basket de alto nivel que han desplegado la mayoría de los equipos, Barcelona, Joventut y Gran Canaria han demostrado que son aspirantes a estar en lo más alto en el próximo campeonato estatal. Equipos muy serios y con una cantidad de recursos infinita. Quizás el único “pero” que se le pueda achacar a estos equipos (Barcelona y Gran Canaria sobre todo) el elevado porcentaje de “becados” no nacionales, pero el baloncesto de élite está así y no hay más. Por descontado que hay que hacer hincapié en el espectacular torneo de los Anfitriones del Torrons Vicens que se plantaron en semifinales a base de corazón y grandes dosis de espíritu de superación.

Los equipos foráneos han flirteado con las luces y las sombras, algunos han decepcionado en cuanto a actitud sobre todo en el caso de Panathinaikos del que esperábamos mucho más empuje y carácter. Alba Berlín y Olimpija Ljubljana si que le han echado narices pero deportivamente no daban para mucho más de lo que nos han enseñado. Cedevita acusó en exceso la baja de Antonio Jordano y la derrota ante el Joventut en el que fue (a mi modo de ver) bastante perjudicado por el arbitraje. Talento y baloncesto tenían, pero lamentablemente su moral cayó en picado y eso se reflejó en el campo ante los anfitriones quedándose fuera del cuadro de honor del torneo.

La verdad es que ha sido una experiencia increíble y muy reconfortante. Técnica y tácticamente hemos recopilado grandes dosis de información, difícil de aplicar en el baloncesto que vivimos en nuestro entorno, pero que nos ayuda a darnos cuenta de que estamos en “pañales” en muchas facetas de este deporte en Euskadi. Cualquier de las tres selecciones que vi en el autonómico júnior hubiera quedado última en Hospitalet.

La organización se merece un sobresaliente puesto que todo ha ido como la seda, si ha existido algún problema no hemos sido capaces de detectarlo y eso es fruto del enorme callo que tienen en desarrollar este evento. 38 ediciones son muchas y dan para pulir (y solventar sin que sea perceptible) hasta el infinito todos los pequeños inconvenientes que siempre surgen.

La sombra y yo hemos disfrutado plenamente de esas 72 horas intensas de basket. Un poco de mono sí que teníamos de baloncesto de alto nivel y creo que hemos saciado con creces esa necesidad. A pesar del palizón del viaje nuestro nivel de satisfacción ha sido muy alto. Yo personalmente me he sentido feliz de poder compartir con un buen amigo esta experiencia.

Como digo en el título, se me va a hacer difícil volver a la realidad del basket que vivo. Imagino que la próxima semana tendré un pequeño bajón, vea el basket que vea, pero esa es la realidad que vivo y hay que volver a ponerse el chip. No me costará mucho readaptarme pero el bajón seguro que llegará, es inevitable después de haber vivido tantísimo talento.


Hemos hecho un par de vídeos en el que valoramos a nuestra manera el basket que hemos vivido. El primer corte os los dejos en este post, pero la segunda parte la tendréis que buscar en mis redes sociales, si os apetece vaya. Yo me he divertido mucho haciéndolo, pero claro igual a vosotros nos os gusta una mierda……



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