domingo, 27 de junio de 2010

HEGEMONIA FEMENINA EN ALAVA (I)

Mi retorno al basket tras casi una década de dedicación al arbitraje fue en el ABAROA. Fueron unos años de mucho trabajo….de muchas peleas…….de muchos éxitos……pero sobre todo de mucha ilusión en un club recién llegado al mundo.

Cerraba un ciclo en el Comité Alavés de Árbitros (del que ya hablaremos más adelante) Fue un periodo en el que estuve reciclándome y adquiriendo conocimientos sobre la faceta técnica del basket. Ejercer el arbitraje me permitía conocer desde dentro una faceta importantísima en este deporte mientras mejoraba mis aptitudes técnicas y tácticas.

El ABAROA sumaba su segundo y tercer equipo a su estructura en el año que yo aterricé allí. Además del grupo que jugaba en 1ª Nacional habían perfilado un proyecto de crecimiento ordenado muy interesante. Crear poco a poco una base sobre la que cimentar la continuidad en nacional con la gente formada en el club era su principal estandarte.

Su principal peculiaridad es que las integrantes del equipo de Nacional eran las que gestionaban y dirigían el club. Un puñado de amigas que compartían la pasión por el basket y además querían poner su granito de arena para fomentar el baloncesto femenino en Álava.

Lívia López era su alma mater. La “jefa”. Su capacidad de gestión y su iniciativa eran realmente brillantes. Además, sus dotes de liderazgo (importantísimas en este tipo de estructuras recién nacidas) y su capacidad para “vender” el producto eran increíbles. Me citaron a una reunión en el poli de Iparralde en el que estaban entrenando los tres equipos y me dijeron: ¿Cuál quieres entrenar? Tras el acojono que uno sufre cuando le dicen estas cosas así de golpe, ejercí de Bilbaino y con dos huevos elegí el Nacional. Para que vamos a andar con oxtias.

No negaré que tuve un poco de vértigo. Volver a entrenar tras casi una década sin hacerlo y a un nivel alto mareaba un poco. Pero la buena predisposición del grupo y la ilusión de todos por echar a andar un buen proyecto deportivo hicieron desaparecer esas dudas y temores.

El trabajo fue muy intenso el primer año. El Nacional venía de conseguir un octavo puesto en la temporada anterior y quería mejorar esa posición. Había calidad y talento para estar más arriba, lo único que había que desarrollar era un trabajo ordenado.

La verdad es que el primer año fue muy bueno. Faltando 5 jornadas estábamos a dos victorias de la fase de ascenso, teniendo que jugar con rivales directos para el segundo puesto. Pero falló la planificación y el equipo tan sólo consiguió sumar una victoria y ocupaba nuevamente la octava plaza en la clasificación. El físico nos pasó factura y nos dejó a las puertas de mejorar el objetivo marcado.

Tengo muy buenos recuerdos de mi vuelta a los banquillos. Mi comunión con el grupo fue muy buena y todo el mundo quería crecer, algo que considero vital para mejorar el rendimiento personal y colectivo. La filosofía de que todo el mundo tiene que participar y asumir responsabilidades funcionó muy bien y eso se reflejó en el trabajo diario. El grupo creció y se consolidó en la categoría. Estaba preparado para intentar logros deportivos mayores la siguiente temporada……………..

1 comentario:

  1. Javito!!
    Ya veo que sigues tal colgado del basket como siempre. Para mí hace tiempo que ha pasado a un segundo plano, pero los buenos momentos vividos no se olvidan (los malos tampoco, pero es mejor acordarse los buenos....)!!
    Espero que todo te vaya bien!

    Un saludito, URKIZAaaaaaa, BLOQUEA!!!!

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