lunes, 14 de junio de 2010

MUCHO QUE APRENDER

Tras la larga jornada de “trabajo” del viernes en Durango, el sábado y el domingo decidí disfrutar del evento en toda su extensión. Tan sólo con la cámara de fotos (y que no usé demasiado tiempo) me dediqué a aprender de todo lo que me rodeaba. Fue muy, pero que muy instructivo.

La verdad es que de un evento de este tipo se pueden sacar muchísimas conclusiones, tanto deportivas como organizativas. De las organizativas hablaremos en otro artículo, hoy vamos a hablar de SENSACIONES

El sábado por la mañana (acompañado de Zuhaitz, otro colgado como yo) acudimos a ver los partidos en los que se decidirían los puestos del 9 al 12. A priori se presumen partidos “relajados”, en los que los actores secundarios de cada equipo adquieren todo el protagonismo y en el que los resultados no suelen ser lo más importante. A los dos nos sorprendió la intensidad con la que los 4 equipos afrontaron sus respectivos encuentros. A muerte por cada balón, con una predisposición al trabajo defensivo encomiable y sobre todo manifestándose en el campo como si fuera el primer día de competición. Evidentemente el cansancio pasaba factura a los jugadores, pero ese plus que te da el saber que perteneces a ese selecto grupo de los 12 mejores del estado parecía que daba alas a todo el mundo. Una pena que este tipo de partidos (a pesar de ser muy enriquecedores) no cuente con un apoyo importante en las gradas. Estuvimos bastante solos (a pesar del apoyo de los familiares y seguidores de cada equipo) en las gradas de Landako.

Vuelta al hogar para comer y de nuevo (esta vez con nuestras respectivas, otras colgadas) a Durango para presenciar las semifinales.

Aquí ya hablamos de otras cosas. Evidentemente el nivel deportivo de los equipos es muy superior y las aspiraciones de ser los mejores del estado también generan un clima especial. El pabellón hasta la bandera y respirando ambiente de Basket por cada centímetro (hasta en la barra del bar de la que el bueno de Carmelo era el responsable) Los equipos que llegan a estas situaciones no son “novatos” a pesar de la edad. A sus espaldas llevan una “jartada” de finales que han ido superando para llegar a este punto.

Pero lo bueno de la juventud es la osadía. Lo que para un adulto supondría una presión insoportable en muchas ocasiones, para estos chavales es lo que les permite dar lo mejor de si mismos. Y es que el ver un pabellón a tope y con la gente babeando en cada acción a ellos les hace crecerse, sentirse importantes, vivir el momento como si de auténticos profesionales se trataran. Los chavales levantaron los aplausos del personal de la grada en muchas ocasiones, con acciones dignas de profesionales y no de jugadores en formación.

Es difícil plasmar con palabras la enorme cantidad de sentimientos y sensaciones que surgen en “colgados” como nosotros presenciando tan bello espectáculo. Es algo que hay que vivir para poder entenderlo.

Yo he vuelto a casa todos los días agradeciendo de corazón a Tabirako que me haya permitido el enorme privilegio de poder ver a estos cracks a 20 minutos de mi casa.

Pero también he vuelto a casa triste. Triste porque un evento así no se vive muy a menudo y menos tan cerca de casa. Triste porque he contado con los dedos de una mano la presencia de gente de la Comarca del Alto Deba que está metida hasta las cejas en el Basket. Triste porque no “ha despertado” el interés de los directivos de los clubes cercanos, la organización de un evento así; un evento del que se puede aprender MUCHO (CON MAYÚSCULAS). Triste porque no he visto a jugador@s del Ointxe, Bergara, Oñate y Eskoriatza en la grada, quizás no les resulta interesante ver a chavales de su edad compitiendo a un altísimo nivel.

Y sobre todo TRISTE DE LA MUERTE porque, a pesar de haber puesto todo mi corazón y toda mi pasión en TRANSMITIR ILUSIÓN POR EL BASKET durante 4 años de mi vida en un club, tan sólo HE VISTO 2 JUGADORES DE ESE CLUB PRESENCIANDO PARTIDOS DEL CAMPEONATO.

Está claro que la sociedad del bienestar en la que vivimos ha hecho cómodos y pasotas a nuestros chavales. O igual es que el Basket para ellos (y sus padres) es como el solfeo, piano, inglés, flauta, violín, dantzas……………….

Como diría Roberto Bustamante (Guadalajara) “estamos amariconando a nuestros jugadores”

PDT: seguro que mañana en Vitoria hay más de 30 jugador@s de la Comarca presenciando el Caja Laboral contra el Regal Barça. Y eso que allí hay que pagar……….

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