lunes, 20 de octubre de 2014

UNA SOBRADA

Por segunda vez el otro día leí que (un jugador de peso lo comentaba) se estaba barajando la posibilidad de un nuevo cierre de la NBA a la finalización del acuerdo actual. El nuevo contrato firmado con la televisión, en el que casi se triplica la pasta que se paga por los derechos, ha desatado la codicia de los jugadores que ya están empezando a preguntar qué parte del pastel les toca. Curiosamente las voces reivindicativas que se están dejando oír, no son de los que vayan a tener que vender seguros cuando su carrera deportiva se acabe.

Como casi siempre en la vida, el que más tiene más quiere y de esa máxima no se libran ni las estrellas de la NBA. Figuras importantes de esa competición, con muchos ceros en sus contratos, se están descolgando con sus aportaciones a la mejora de la liga, la más sangrante es la económica. Kevin Durant y Kobe Bryant se han puesto al frente de la cruzada, que parece van a emprender, para aumentar (un poco más) su inmenso patrimonio personal.

El argumento es el de siempre, que si no fuera por los jugadores y su enorme calidad/profesionalidad el negocio no funcionaría, obviamente quieren que se les recompense por hacer bien su trabajo. Porque jugar a baloncesto es su profesión, que no se nos olvide (como la de ser caldereros, albañiles, fresadores o barrenderos) y como corresponde se les retribuye con un salario generoso, muy generoso. Entiendo que lo que ahora buscan es una paga de beneficios, algo de lo más normal, algo que los caldereros, albañiles, fresadores o barrenderos pueden hacer cuando quieren en sus empresas.

Soy de la opinión que los empresarios son unos sinvergüenzas (en su inmensa mayoría), que buscan obtener el mayor beneficio posible con el mínimo coste y que sus empleados tienen la obligación de darles las gracias por el riesgo que ellos corren. También es cierto que (hay que reconocerlo) la pasta que arriesgan es la suya, así que si el negocio no funciona pues se tienen que joder. No soy partidario de que los jefes te agradezcan nada, pero tampoco soy partidario de ese pensamiento (prepotente donde los haya) en el que los currelas somos el pilar angular de que todo funcione. Cada uno en su sitio.

Otra rutilante estrella se ha manifestado favorable a la reducción de la liga regular, que eso de jugar 82 partidos que es una sobrada, que con 60 serían suficientes, que deberían de ser conscientes de que la calidad no se puede estirar tanto. Claro, imagino que esa petición comprenderá también una reducción salarial importante….., digo yo….. Pero creo que esa idea no tiene cabida en la mente de los currelas de la NBA, pero la de mejora mis condiciones de trabajo y déjate de chorradas pues creo que tiene más peso. Otro ramalazo de prepotencia.

Me imagino a un calderero, albañil, fresador o barrendero pidiéndole a su gerente que le reparta beneficios y que eso de trabajar 330 días al año se acabó, que 230 ya son suficientes. También me los imagino en la puerta del INEM pidiendo el paro.


Una falta de respeto a mucha gente la de estos tipejos.

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